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Jueves, 22 de agosto 2019
El tofu es un producto que se utiliza generalmente como sustituto de la carne, por su cierto parecido visual y en cuanto a textura. Se suele vincular a la cocina vegetariana y vegana, pero su enorme aporte de proteínas de origen vegetal hace que ... esté presente en muchas recetas y en diferentes formatos y sabores. Al igual que la carne, el tofu se puede cocinar de diversas formas.
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El tofu es un alimento milenario que tiene un proceso de elaboración muy similar a la del queso. Se produce cuajando la leche de soja, lo cual explica su color blanquecino y su textura y, aunque ahora esté de moda, tiene mucha historia: de hecho, el tofu ya formaba parte de la dieta de los monjes de China. Existen muchas variedades de tofu con diferentes texturas y firmezas. En la actualidad se pueden encontrar dos formas de elaborar tofu: el método tradicional o estilo chino y el silken. El primero tiene un aspecto firme y puede trocearse, mientras que el segundo es más cremoso, lo que lo hace perfecto para los postres, las cremas e incluso los smoothies. Debido a su origen, la cuajada de la soja, no se recomienda el consumo de este producto a personas con altas intolerancias a la lactosa.
El tofu tiene un sabor neutro capaz de absorber el sabor de casi cualquier ingrediente y esto es precisamente lo que lo convierte en un alimento tan versátil. Debido a su textura, puede servirse perfectamente en ensaladas, con verduras salteadas o incluso con sopa. Existe una gran cantidad de platos que pueden elaborarse con el tofu como ingrediente principal o simplemente como acompañamiento.
Se caracteriza por ser un producto de origen vegetal (y por tanto apto en dietas vegetarianas y veganas) pero que contiene un buen porcentaje de proteínas, y estas contienen todos los aminoácidos esenciales en las cantidades necesarias. Esto es, es un alimento proteico completo.
Al ser un producto derivado de la soja, las propiedades del tofu son muy parecidas a los que nos ofrecen las legumbres.
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Además de su conocido y apreciado aporte en proteínas de buena calidad y alta digestibilidad (más fáciles de digerir que las proteínas animales), el alto contenido en minerales del tofu es muy destacable.
El tofu es una buena fuente de hierro y calcio (aporta 300mg por cada 100g de tofu). Además, debido a que no es igual que los alimentos de origen animal, el tofu resulta más fácil de digerir.
Proporciona una buena cantidad de hierro de fácil asimilación, y nos puede ayudar a prevenir diversas anemias.
Aporta una buena cantidad de fibra y con muy pocas calorías (tiene mucha agua) por lo que el tofu es un producto muy interesante a la hora de llevar una alimentación saludable. Además, su bajo contenido en grasas y que apenas contiene azúcar se suele incluir en dietas de tipo hipocalóricas, aunque en ningún momento contribuye en el adelgazamiento.
Sus grasas insaturadas ayudan a disminuir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, y ayudan en la absorción de vitaminas (como la A, E o D) por parte de nuestro organismo.
El tofu posee todos los aminoácidos esenciales y no esenciales de los alimentos, aunque en un porcentaje inferior a la de las proteínas de origen animal. Por este motivo suele ser el complemento perfecto para aquellas personas que consumen poca cantidad de carne, pero no un sustituto completo de la carne.
Creado por primera vez en China, con el paso del tiempo se fue extendiendo por los países limítrofes, llegando hasta Corea y Japón, país éste último donde el tofu es un alimento imprescindible en su alimentación. Al parecer la expansión del tofu fue pareja a la expansión del budismo y su dieta vegetariana.
Para muchos es el sustituto perfecto a la carne y, sobre todo, que no tiene las toxinas propias de las reses ni de ninguno de los productos que se les suelen suministrar en la época de engorde, ni antibióticos. El tofu no tiene colorantes ni se utilizan productos químicos en su elaboración.
Cuando llegó a Japón en el siglo VIII le empezaron a llamar «okabe», pasando a denominarlo tofu sobre el siglo XV. El interés de los occidentales por la comida sana durante el siglo XX, sobre todo en su segunda mitad, hizo que muchos pusieran sus ojos en la comida asiática, tanto japonesa como china.
Por ello, comenzó a introducirse a partir de los años sesenta en la alimentación de una élite que buscaba una comida alejada de los productos cárnicos. La explosión «flower power» en los Estados Unidos y la contestación a los cánones establecidos popularizó el tofu.
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