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eva molano
Zaldibar
Viernes, 14 de febrero 2020, 06:30
Hace ocho días que una avalancha de más de medio millón de metros cúbicos de tierra y residuos mezclados con restos de amianto del vertedero ... de Zaldibar se desplomó sobre Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán. El peligro que entrañan las fibras de fibrocemento en suspensión tras el desplome, añadido al gran riesgo de desprendimientos que sigue existiendo en el vertedero colapsado, obligaron a interrumpir las tareas de búsqueda hasta en tres ocasiones en menos de cinco jornadas para agonía de los familiares de las víctimas. Ayer, siete días después de la tragedia, el Gobierno Vasco anunció un gran plan de actuación para afrontar el rescate y hacer seguro y estable el vertedero. Será liderado por la Administración de forma subsidiaria y coordinado por la Mesa de Crisis, formada por 20 cargos políticos y técnicos del Gobierno Vasco y la Diputación de Bizkaia que ya se reúnen a diario. La remedición de los suelos y la restauración de la escombrera será después acometida por la empresa propietaria, Verter Recycling 2002 SL, a la que se girará la factura de las tareas que se aborden.
El plan fue anunciado por Jesús Peña, secretario general de Presidencia del Ejecutivo, un día después de que el lehendakari, Iñigo Urkullu, se reuniera con los familiares de las víctimas. «Hallar a los desaparecidos es una prioridad y una necesidad», explicó Peña. Aun así, los responsables institucionales que comparecieron después de la reunión de la mesa de crisis saben que las tareas van para largo. «No sabemos cuándo» se podrán rescatar los cuerpos, reconoció el viceconsejero de Seguridad, Josu Zubiaga, en respuesta a una pregunta de este periódico. Eso sí, quiso recalcar que «no se ha parado de trabajar en ello en ningún momento». Las tareas entrañan una gran complejidad. Primero, porque cualquier acometida con maquinaria pesada puede generar otro gran corrimiento de consecuencias terribles. Hasta ahora, explicó Zubiaga, se ha analizado cómo retirar las toneladas de tierra que ejercen presión sobre la zona en la que pueden estar los empleados, cerca de la báscula de pesaje de camiones. Un intento de penetrar allí sin solucionar primero este problema podría provocar otro deslizamiento fatídico sobre los rescatadores.
El expediente abierto a Verter Recycling 2002 SL el pasado junio por el Gobierno Vasco ha adquirido hace apenas unos días carácter sancionador. La investigación realizada por el área de Medio Ambiente detectó entonces una serie de irregularidades «menores» que no fueron corregidas en su totalidad por la compañía. Fuentes oficiales explicaban ayer que este mismo expediente podrá ser ahora ampliado por el Ejecutivo de cara a aplicar nuevas medidas punitivas con motivo del derrumbe. Una avalancha que ha sepultado también parte de la documentación que el Gobierno reclamaba a la empresa y que esta guardaba en sus instalaciones destruidas.
La madrugada de ayer, los operarios volvieron a trabajar sobre el terreno «porque ya hemos descubierto por qué parte podemos acceder», explicó. Los ingenieros y especialistas en obra civil desplazados a la «zona cero» construirán una pista por encima del área en la que se cree que están los trabajadores, con el fin de descargar el material que podría desprenderse sobre los rescatadores y después, comenzar a retirar terreno donde están Alberto y Joaquín con la ayuda de máquinas.
Estas tareas se conjugarán con la de la estabilización de la ladera, creando diferentes taludes o muros de contención, y con la retirada de las tierras que ejercen presión. También se ejecutará de forma simultánea la construcción, ya comenzada, de otra pista para que los bomberos puedan acceder con camiones a lo más alto del vertedero, donde un incendio provocado por la combustión de los gases de metano que genera la basura está desatando la alarma desde el viernes. Ahora no pueden subir hasta la cumbre porque se hundirían y un exceso de agua empeoraría el riesgo de desprendimiento. El fuego se ha intentado sofocar con un helicóptero llegado desde Cantabria y con un robot de los bomberos. Pero la mejor opción es hacerlo con arena, aseguró ayer la viceconsejera de Medio Ambiente, Elena Moreno.
Las labores de construcción sobre el terreno inestable y contaminado también las desarrollará esta empresa especializada en obra civil. Eso sí, el plan que han diseñado por cinco departamentos del Gobierno Vasco y la Diputación vizcaína incorporará más efectivos a los trabajos: cinco geólogos más se sumarán al equipo formado por los expertos forales, a los de la empresa holandesa especializada en vertederos y a los expertos en geotecnia de otra compañía.
Este equipo monitorizará en todo momento los trabajos a través de 19 estaciones, que detectarán de inmediato si hay algún indicio de corrimiento de tierras. El plan se pone en marcha en un momento en el que cunde una gran inquietud entre los vecinos de Zaldibar y de las poblaciones cercanas de Eibar y Ermua, temerosos de la calidad del aire que respiran y de la del agua que están consumiendo. De hecho, en Zaldibar desde ayer funciona un panel informativo que informa de los análisis. El Gobierno Vasco analiza cada día la calidad del aire y del agua de consumo a través de cinco estaciones, que de momento arrojan parámetros permitidos. Agricultura también tomará muestras en animales, frutas y vegetales de los caseríos cercanos para garantizar la seguridad alimentaria.
El Gobierno Vasco rechazó la propuesta del Ejecutivo central para colaborar en las tareas de rescate de los dos trabajadores sepultados desde hace ocho días bajo toneladas de residuos tras el colapso del vertedero de Zaldibar. La administración autonómica agradeció el ofrecimiento, pero declinó la propuesta porque, según explicaron, los trabajos de salvamento no dependen del número de efectivos desplegados sobre el terreno, sino que están mucho más condicionados por la inestabilidad de la ladera, que todavía hoy amenaza con volver a derrumbarse.
Las fuentes consultadas por este periódico en los gobiernos vascos y central confirmaron que esta propuesta fue rechazada. En lo único que no coinciden es en la fecha. En la administración vasca aseguran que se rehusó el ofrecimiento el viernes a la mañana, más de 16 horas después del derrumbe de Verter Recycling, en el marco de una conversación «informal». Fuentes de la delegación del Gobierno, en cambio, mantienen que esta charla se produjo el mismo jueves 6 de febrero, poco después de que se produjese el desastre. Fue entonces cuando, según dicen, Jesús Loza se puso en contacto con el Departamento vasco de Seguridad.
El exdelegado, que el martes fue sustituido por Denis Itxaso como máximo representante del Gobierno de Pedro Sánchez en Euskadi, descolgó el teléfono para ofrecerles los recursos que necesitasen en las tareas de búsqueda de Joaquín Beltrán y Alberto Sololuze, los dos trabajadores atrapados bajo los escombros.
Entre los recursos que puede ofrecer el Gobierno central se encuentra la Unidad Militar de Emergencias (UME), un grupo especializado del Ejército creado en 2005 para intervenir en grandes emergencias. Por ejemplo, en graves incendios forestales, inundaciones, terremotos, deslizamientos del terreno o incluso en atentados terroristas y en accidentes que entrañen un riesgo importante para el medio ambiente.
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