Pleno de investidura en las Juntas de Gipuzkoa

Eider Mendoza, primera diputada general de Gipuzkoa gracias a un voto del PP

La elección se resolvió en dos rondas de votaciones lo que motivó una enorme expectación porque, si bien los apoyos de Mendoza parecían amarrados, en última instancia todo pendía de un hilo. En la primera ronda ni Mendoza ni Iriarte sumaron los 26 junteros necesarios, en una Cámara formada por 51 procuradores, para resultar investidas por mayoría absoluta. Empataron a 24 y hubo tres papeletas en blanco, del PP, lo que convertía a esta formación en decisiva.

En la segunda ronda los nervios se dispararon dado lo ajustado del resultado anterior. Finalmente, la jeltzale recibió 25 votos del PNV (17), PSE (7)y PP (1), mientras que Iriarte cosechó 24, los 22 de EH Bildu y 2 de Podemos. Por tanto, Mendoza salió elegida por mayoría simple gracias a que el PP cambió una papeleta en blanco por otra a favor suyo.

La posición de los populares fue indispensable para que Mendoza saliera investida porque en una segunda vuelta un empate a 24 entre PNV-PSE y EH Bildu-Podemos hubiera convertido a Iriarte en diputada general al haber ganado las elecciones el 28-M. Los populares prestaron solo uno de sus tres votos a Mendoza en una muestra de enfado por no haberse aceptado su oferta de entrar en el gobierno foral. Si el PP inclinó la balanza fue solo para cerrar el paso a Iriarte.

Con anterioridad al escrutinio, Mendoza comenzó su discurso como candidata poniendo en valor los gobiernos PNV-PSE que han liderado la Diputación en los últimos ocho años. En esas dos legislaturas, subrayó Mendoza, «hemos resuelto los graves problemas que dejaron pendientes en el pasado», en referencia a la polémica sobre los residuos que marcó el Ejecutivo de Bildu durante su mandato entre 2011 y 2015.

Mendoza también quiso dejar clara la legitimidad que le confieren los 157.056 votos conseguidos por PNV y PSE el 28-M para optar a ser diputada general y el hecho de que «hemos sido los únicos con capacidad para articular acuerdos entre diferentes para la formación de un gobierno sólido». Apreciaciones ambas dirigidas de antemano a responder a las críticas por presentarse a liderar la Diputación cuando fue Iriarte la que ganó los comicios de mayo. No obstante, Mendoza tendió la mano a la oposición a la búsqueda de consensos amplios, algo por otra parte obligado porque gobernará en minoría.

Por lo que respecta a las prioridades a las que dará cauce, señaló que aspira a un ejecutivo foral cuyas señas de identidad serán «la cercanía, la innovación y la mirada a largo plazo».

La candidata avanzó que las políticas sociales serán el primer reto a encarar. En esta línea se comprometió a construir once nuevas residencias de ancianos y a reducir a la mitad el plazo para realizar valoraciones de dependencia. También resaltó la necesidad de desarrollar una política tributaria «justa y que proteja el bienestar de la ciudadanía a lo que se añade la lucha contra el fraude fiscal. En el terreno económico, destacó su interés por desarrollar el polo de movilidad eléctrica Mubil, el impulso a las biociencias, así como a las tecnologías cuánticas.