Secciones
Servicios
Destacamos
Iñigo Urkullu hizo ayer realidad su deseo de que las elecciones vascas se celebraran «lo antes posible» en cuanto la pandemia empezara a remitir en Euskadi y precipitó los acontecimientos para agarrarse a la primera oportunidad que aparecía en el calendario: el 12 de julio. El lehendakari firmó el decreto de convocatoria electoral ayer por la tarde tras reunir al mediodía un Consejo de Gobierno extraordinario que avaló también el levantamiento de la emergencia sanitaria en Euskadi, una condición indispensable para volver a reactivar la convocatoria electoral, que en un principio estaba prevista para el 5 de abril y que tuvo que ser suspendida por el Covid-19. Tras estos movimientos, Euskadi se encuentra ya en una fase de «vigilancia y control sanitarios» que, además de mantener a raya a la pandemia, velará por que las elecciones vascas puedan celebrarse el 12 de julio con «plenas garantías de seguridad».
El lehendakari es consciente de que una de las grandes dudas que se ciernen sobre estos comicios es si el riesgo sanitario puede llevar a una desmovilización del electorado, aunque en la rueda de prensa que ofreció para anunciar la convocatoria electoral trató de alejar ese fantasma. «La ciudadanía es consciente de la importancia de estas elecciones y va a contar con todas las garantías para poder acceder al voto», aseguró. Incluso apuntó que «quizá cabría una mayor participación» que en comicios precedentes por las facilidades que el Gobierno Vasco, en colaboración con el Ejecutivo central, pretende impulsar de cara al 12 de julio, como un importante fomento del voto por correo.
Para demostrar que las «garantías sanitarias» serán la obsesión de su Gobierno para la organización de esta cita electoral, Urkullu avanzó que estará «vigilante» en los dos próximos meses para ver cómo evoluciona la pandemia. Incluso abrió la puerta a una nueva suspensión de los comicios en julio si las autoridades sanitarias así lo recomendaran. En ese caso, quedaría una última carta que jugar en septiembre u octubre, aunque el lehendakari finalmente optó por no introducir una segunda fecha alternativa en su decreto de convocatoria electoral. De hecho, confió en que no sea necesario recurrir a ella porque las elecciones se celebren en julio sin contratiempos y con garantías sanitarias.
La opción del 12 de julio era la primera que aparecía como posible en el calendario por la necesidad de respetar los 54 días que la ley establece desde la convocatoria de las elecciones hasta su celebración. Ese plazo es el que llevó ayer al lehendakari a convocar un Consejo de Gobierno extraordinario para deliberar y decretar la fecha electoral.
El lehendakari esgrimió tres razones para argumentar por qué el 12 de julio era la mejor de las opciones posibles. La primera, la situación sanitaria, que definió como «radicalmente mejor» que la que dio lugar a la declaración de emergencia sanitaria en marzo. La segunda, jurídica, se basa en que «la legislatura ha concluido y el Parlamento Vasco está disuelto. Euskadi no tiene actividad legislativa ordinaria y las elecciones se tienen que celebrar antes del 25 de octubre», que es cuando se cumplen los cuatro años de legislatura. La tercera razón se refiere a la «garantía de participación», y recordó que el estado de alarma decretado en España no es obstáculo para convocar las elecciones y, además, «se ha establecido un plan de seguridad para garantizar el derecho al voto» que se coordinará con el Gobierno central.
El lehendakari se mostró convencido de que «el Gobierno español coadyuvará» en la organización de las elecciones en ámbitos como el voto por correo y en lo que afecta al Instituto Nacional de Estadística (INE). Y desveló que en las últimas semanas ha mantenido varias conversaciones con la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, para coordinar los comicios.
Urkullu reivindicó que ha cumplido escrupulosamente el acuerdo que alcanzó con todos los líderes políticos vascos en marzo, cuando acordaron suspender las elecciones del 5 de abril. «Analizados los documentos sanitarios, oídos los partidos políticos y tras deliberar en el Consejo de Gobierno, he decidido convocar las elecciones el 12 de julio», señaló. El lehendakari recordó también que «de seis formaciones políticas que han participado en las reuniones, cuatro han abogado por celebrar las elecciones cuanto antes (PNV, PSE, PP y Equo-Berdeak)». Reconoció que EH Bildu y Podemos Euskadi rechazaban la opción de julio, aunque dejó entrever que no argumentaron su preferencia por otoño con ningún informe sanitario.
Urkullu explicó que se ha decantado por julio por razones «sanitarias, jurídicas y económicas» y se mostró convencido de que en verano la pandemia tendrá «menos incidencia», como apuntan «la mayoría de los expertos sanitarios». «La tendencia se ha revertido y ya no hay peligro de colapso sanitario», defendió. También subrayó que celebrar los comicios en julio permitirá contar «cuanto antes» con un Parlamento y un Gobierno Vasco constituidos para «responder a la prioridad sanitaria y poner en marcha la recuperación económica y del empleo». Preguntado sobre si su Gobierno está tratando de ocultar la gravedad de la crisis económica a las puertas de un proceso electoral, el lehendakari negó la mayor y admitió abiertamente que «la situación va a ser dura» en los próximos meses en el aspecto socio-económico.
Cuestionado sobre si se ve ganador de los próximos comicios, Urkullu aseguró que se encuentra «igual o más fuerte» que cuando se convocaron los fallidos del 5 de abril, aunque se limitó a decir: «Por lo demás, los ciudadanos decidirán».
La decisión de Iñigo Urkullu de convocar las elecciones el 12 de julio no ha generado un consenso entre los partidos políticos vascos, aunque una mayoría de ellos sí avalaba la opción de intentar que fueran en verano. Sin embargo, EH Bildu y Elkarrekin Podemos se desmarcaron hace semanas de esa posibilidad al considerar que el lehendakari la planteaba por «partidismo». En cualquier caso, la atribución de convocar elecciones le corresponde en exclusiva al lehendakari, por lo que el consenso no era imprescindible. Algo diferente ocurre con el debate que se va a abrir a partir de ahora, que es la posibilidad de que la campaña electoral de cara al 12-J se reduzca en duración para garantizar la seguridad sanitaria. Urkullu recordó ayer que la campaña de las últimas elecciones generales tuvo una duración de una semana al tratarse de una repetición electoral, después de que ningún candidato lograse los votos necesarios para ser investido, con lo que enmarcó el debate en la conveniencia de que la campaña se reduzca de dos a una semana.
El lehendakari aclaró que les corresponde a los partidos acordar cómo quieren que sea esta campaña. En lo que a él afecta, el decreto de convocatoria electoral que firmó ayer establece una campaña de dos semanas, que es lo que fija la ley electoral, aunque abrió la puerta a que un acuerdo entre los partidos modifique ese plazo. En principio, ninguna formación ha dado un portazo a la opción de acortar la campaña a una semana, aunque el PP es el que más reacio se muestra por el momento.
Lo que está claro es que la próxima campaña, así como la jornada electoral, serán totalmente diferentes a las últimas que se han vivido en Euskadi, ya que estarán rodeadas de medidas de seguridad sanitaria e higiene.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Multas por las gallinas 'sin papeles'
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.