Sin nervios en su primera titularidad

En el momento de decidir su sustituto, Imanol tenía dos opciones claras: la de Ander Barrenetxea y la de Martín Merquelanz. Quizás porque el oriotarra haya querido meter en dinámica de partido al irunés; o porque Barrenetxea tiene opciones de ser titular en Nápoles, o por las dos razones –o ninguna–, apostó por el jugador que hasta ahora tan solo había acumulado 52 minutos de juego esta temporada.

Y llega tarde porque Merquelanz lleva mucho tiempo, años, trabajando para vivir y disfrutar de este momento. Y ha sufrido mucho para ser de la partida: dos roturas del cruzado y una cesión en Segunda División. La primera grave lesión fue en diciembre de 2017 con el Sanse y la segunda en agosto de 2018, en su debut con la Real.

El del extremo izquierdo es un caso extraño entre los canteranos, porque en la era de la precocidad, Merquelanz, con 25 años, no ha podido encontrar su hueco en las rotaciones todavía. Sin embargo, esto también muestra la confianza que tiene el club en él. Después de salirse con el Mirandés y ser uno de los mejores jugadores de la categoría de plata, con 17 goles y 14 asistencias en su cuenta, tiene el poso que le dio liderar a un equipo de la zona baja de Segunda a las semifinales de la Copa del Rey y a una salvación nada sufrida.

En un once inicial de una media ligeramente superior de 23 años, Merquelanz era ayer el tercero más veterano después de Portu y Remiro. Ofreció la paradójica experiencia del fútbol de un jugador que no tiene apenas kilómetros en Primera División. Fue el engranaje entre el centro del campo y la delantera formada primero únicamente por Alex Isak y posteriormente, en la segunda mitad, por Willian José.

Se asoció con Aihen Muñoz y compartieron carril izquierdo. Cuando el navarro se atrevía a recorrer la banda prácticamente hasta la línea de fondo rival, Merquelanz se posicionaba en un puesto más interior. Desde ahí llegó un disparo lejano que probó a Pacheco en el minuto 32.

Con Aihen entonado, aprovechó para asociarse con Isak desde dentro. En la primera oportunidad, un toque de más en la conducción hizo que el sueco cayera en fuera de juego. Pero dos minutos después controló mejor los tiempos, conectó con él y fue partícipe de una de las jugadas más claras.

El '17' txuri-urdin, ayer de negro, completó los 95 minutos del partido y fue el elegido por Imanol para permanecer en el campo a pesar de que entraran de refresco a Barrenetxea y Bautista.