Objetivos cumplidos

En esta ocasión creo que nadie pensaba en la sorpresa. El Becerril pelea en la parte baja de la Tercera división y la Real se codea con la élite de nuestro fútbol, como demostró el sábado frente al Barcelona. A pesar de que fútbol es fútbol, y había que jugar y ganar el encuentro, la opción del simpático equipo zamorano era prácticamente inexistente.

No hubo sorpresas en el once. Imanol puso en el campo un equipo competitivo con los jugadores menos habituales, a los que sumó a Zubeldia y Willian. La superioridad blanquiazul fue manifiesta desde el primer minuto. La forma de jugar de la Real, además, estaba claro que iba a pesar mucho a los locales, porque correr todo el partido detrás del balón cansa mucho a unos jugadores que, además, juegan a este deporte prácticamente por afición. Si eres inferior y encima cuando recuperas el balón, muy pocas veces, estás a 70 metros de la portería contraria, es imposible.

La pena que me quedó, al menos a mí, fue que Willian no marcara en la primera parte, porque los goles, sean en los partidos que sean, siempre dan vida a los delanteros. Aunque como decía al principio, pocas conclusiones se pueden sacar de este partido, jugado además en unas condiciones complicadas, con mucha lluvia, campo resbaladizo y viento, muy bien Barrenetxea y exagerada superioridad de Januzaj en su banda, en la que hizo lo que le dio la gana.

Este año la Copa ha cambiado de formato. Los partidos se disputan a un encuentro en terreno del equipo de categoría inferior, por lo que no hay partidos de vuelta hasta las semifinales. Sin embargo, creo que el Becerril de la Sierra merece estar en San Sebastián. No será jugando, pero no es mala idea que la Real invite a esta humilde plantilla a un partido en el Reale Arena. Creo que se han portado de maravilla con la Real.

Acogieron el partido contra los nuestros con toda la ilusión del mundo y han tratado a la Real con cariño. Tienen la particularidad de ser el equipo de la localidad más pequeña que juega la Copa y seguro que vienen al Reale con ilusión. Ayer no dieron una mala patada y afrontaron su manifiesta inferioridad con toda la deportividad. Se merecen un detalle.

La Real volverá a la Copa el fin de semana del 12 de enero, en el que no hay Liga por la disputa de la Supercopa. Pero antes hay que cerrar la primera vuelta y yo insisto en que el reto de los 32 puntos sigue ahí. Faltan cuatro y dos partidos, el del domingo en El Sadar y el del 5 de enero contra el Villarreal.