Si sumar en los primeros partidos siempre es importante, esta temporada lo es un poco más. Y no creo que haga falta explicar los motivos de lo que digo. Por eso, el empate de ayer en Valladolid es un buen punto de partida para una ... Real que llegó muy diezmada al estreno liguero. Lo más destacable, seguramente, es el hecho de haber empatado después de verse en desventaja –una vez más– en el campo de un Valladolid que en su casa concede muy poco. Y haberlo hecho, no voy a decir que con un equipo de circunstancias, pero sí con un once bastante lejano del titular.
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A partir de ahí, pero siempre subrayando que el empate es bueno, podemos analizar los pormenores de lo que vimos en el campo. Y lo primero es que, con unos o con otros, la Real se mantiene fiel a su atractiva propuesta de juego, busca de salida la victoria y no acostumbra a especular. Ayer no lo hizo y en el inicio mandó con autoridad. Sin ocasiones, sin remates, pero imponiendo su estilo. Luego, poco a poco se fue desinflando hasta el descanso, cometiendo unos errores defensivos que son todo menos nuevos. Preocupa, al menos a mí, que Imanol no consiga dar con la tecla defensiva. Sé que faltaban muchos e importantes jugadores, y sé que del primer partido de cada temporada no se pueden sacar conclusiones. Pero la Real se sigue mostrando en defensa muy blanda, le falta contundencia y concede mucho a sus rivales.
El gol encajado, aunque antes ya hubo algunos sustos por desajustes en la línea de atrás, es el claro ejemplo de lo que digo. A la Real le tienen tomada la matrícula y saben cómo hacerle daño. Bastó un cambio de juego en largo a la espalda de Aihen para que el balón estuviera dentro de la portería de Remiro segundos después. Aihen cerró mal, Llorente estaba a veinte metros del balón y... Y gol.
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El problema viene de lejos. Ya hemos repetido cientos de veces que con Llorente por la izquierda sufre él y sufre todo el equipo. Y no es por personalizar en el madrileño. No. Simplemente digo que hay que encontrar una solución a este problema. Porque fiarlo todo a la enorme pegada que seguro sigue teniendo el equipo, no siempre va a dar resultado.
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Tiene trabajo Imanol ahí y tiene que dar cuanto antes con una pareja de centrales que dé más contundencia defensiva. Y debe solucionar el problema que siguen suponiendo los centros laterales, porque la Real sufrió también ayer con ellos. Son viejos problemas, como ven, que necesitan solución urgente, porque la temporada pasada los errores atrás fueron una sangría de puntos para su equipo.
Ayer bastaron dos remates a puerta para hacer un gol, pero no siempre va a ser así. El tanto de Roberto López –enhorabuena, chaval–, además, fue afortunado y llegó seguramente de la forma más inesperada, porque la Real estaba dando pena en los saques de falta. Portu, Mikel Oyarzabal y Januzaj las enviaron directamente fuera por buscar la llegada al segundo palo, en unas situaciones muy parecidas a la del gol.
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Luego, como digo, llegó el tanto en una falta similar, pero este tipo de jugadas hay que aprovecharlas, porque son muchos los partidos que se deciden con ellas.
Un buen punto, por tanto, en el estreno de la temporada fuera y en espera de que poco a poco se vaya recomponiendo el equipo y recupere a jugadores importantes que tienen mucho que aportar. El domingo llega el Madrid al Reale Arena. Puede que no sea mal momento para jugar contra los de Zidane, que llevan poco tiempo entrenando. A seguir sumando. Es lo que toca en los primeros partidos.
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