Chocolate belga para llegar a la fase golosa del curso

Hizo muchas cosas. Algunas ya las hacía antes. Pero Imanol no se ha cansado de pedirle más y más. No le valían tres caños y un pase delicatesen. No. Y ayer innovó. Dejó detalles que evidencian que no quiere perderse la parte más golosa del curso. Por ejemplo, corría el minuto 11. Trazó un desmarque al espacio y ganó en velocidad a su par para llegar al pase en profundidad lanzado por Merino. ¿Quién había dicho que Janu era para recibir al pie? Que no corría. Pues llegó antes que todos sus compañeros en esa trepidante jugada. Tan pronto que tuvo que regatear y esperar. Así que todo terminó en nada. Pero ver al 11 realista pedir un balón largo y superar en carrera al adversario evidencia su estado de forma.

Otro indicador. En el minuto 48, cuando Zaldua no sabía a quién entregar el saque de banda, Janu se pegó un sprint dibujando el pase en largo al donostiarra. ¡Cuándo se ha visto! Claro que no suele haber muchas oportunidades para jugar una semifinal de Copa. Ni una final.

Luego llegó la jugada del partido. Rápido saque de banda de Zaldua que, tras pasar por los pies de Odegaard, Oyarzabal y el propio lateral donostiarra, termina en un centro al primer palo. ¿Quién estaba allí? Januzaj. Movimiento preciso de cuello y golazo que vale tres puntos. Más moral. Más confianza. Más quebradero de cabeza para Imanol. Porque, definitivamente, el 11 realista se apunta a la fiesta.

Además, se ha ganado al público. En uno de los pocos pases que erró, en el minuto 28, se llevó la mayor ovación. Perdonado. Como para no. Si a su calidad se añade esa entrega y actitud...