Imponer el colectivo

Desde mi banda izquierda ·
La Real Sociedad tiene que ser ella misma, imponer su juego de equipo y no nos olvidemos de que va en ventaja

Roberto López Ufarte

Martes, 3 de marzo 2020 | Actualizado 04/03/2020 08:57h.

Llega el día y la hora del que, como dice un amigo mío, es el partido más importante de la temporada. Pasamos página del último encuentro del pasado viernes frente al Valladolid, un choque en el que el equipo sacó el carácter y ganó, que ... era lo importante. No fue mejor la Real en el campo y el Valladolid mereció el empate, pero los puntos se quedaron en casa.

Para afrontar el partido de Miranda, lo más importante es tener la convicción de que vas a ganar y, sobre todo, jugar como equipo. Lo digo porque el pasado viernes, algunos jugadores se equivocaron queriendo resolver de forma individual, con algunas conducciones, sobre todo en el centro del campo, demasiado largas, que acabaron por facilitar el repliegue del Valladolid, con pérdidas de balón. La Real no hizo lo que mejor sabe hacer, que es tocar y tocar, tener la posesión y buscar el momento idóneo de acabar las jugadas con pases verticales y ocasiones de gol.

Imanol, aunque tendrá verdaderos quebraderos de cabeza para hacerlo, sabrá elegir a los mejores jugadores para este partido. Tiene a toda su plantilla, con excepción de Illarramendi, a su disposición, por lo que deberá dejar fuera a algunos, en decisiones dolorosas, porque todos han respondido cuando ha habido que echar mano de ellos y se han sentido importantes.

No nos olvidemos de que la Real es la que va ganando y por ello será el Mirandés el que tendrá la necesidad de venir a por nosotros. La Real tiene que imponer su juego de equipo, su fútbol colectivo. El centro del campo deberá imponer su ritmo, recordando que tanto Malsa como Guridi estuvieron muy bien en nuestro campo y maniataron a Odegaard y Merino.

La Real sabe perfectamente lo que es ganar fuera y que es importante no cometer errores en defensa, porque esto nos podría costar caro y tener que remar luego a contracorriente. Es el equipo el que gana, no solo un jugador, aunque meta tres goles. Cada uno tiene su cometido. Incluso los que estén en la banda deberán estar preparados y concentrados para salir cuando se les necesite.