Entre el esfuerzo y la obsesión por la perfección

El actor francés de origen armenio Simon Abkarian, como marido de la protagonista, fabricante de instrumentos de cuerda, y el danés Jens Albinus, como su amante, son parte del reparto para el que Weisse ha contado con el joven violinista Ilja Monti, que «ha demostrado su profesionalidad en escenas en las que había que repetir una y otra vez», señaló.

Hoss y Monti acompañaron ayer a la realizadora durante la presentación de la película en el Zinemaldia, donde la berlinesa destacó que su etapa como actriz le ha ayudado a tener las ideas claras y le ha dotado de una mayor capacidad de comprensión para abordar su nuevo trabajo tras la cámara.

«He intentado que los actores tuvieran su espacio, que se sintieran libres porque eso era algo que yo apreciaba mucho. Intento observarlos con gran detalle además para darles lo que necesitan. Abrirse a la cámara no siempre es fácil y para eso necesitan su espacio», aseguró la directora, con la esperanza de haberlo logrado.

Weisse, que elaboró el guión de forma conjunta con Daphné Charizani, justificó las contradicciones de la protagonista «porque todos las tenemos» y las calificó de «muy humanas». «Lo que ocurre en la película no es exclusivo del mundo de la música, sucede también en el deporte, por ejemplo. Me gusta esa lucha de levantarse constantemente, porque se cae, se levanta y sigue luchando», señaló, al tiempo que destacó la variedad de facetas que presenta el personaje interpretado por Hoss, «que aparece como una persona ambivalente que en ocasiones tiene muy claro lo que quiere y en otras, todo lo contrario porque es una figura que está rota por dentro».

Nina Hoss, que ya optó a la Concha de Plata a la Mejor Actriz en 2014 con la película 'Phoenix' en la que interpretaba a una mujer que regresa a su casa tras sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial pero lo hace con el aspecto cambiado por un disparo que le desfiguró por completo la cara.

En esta ocasión, el papel que interpreta la actriz alemana poco tiene que ver aquel. «Anna es muy segura de sí misma, aunque en un momento central de su vida se plantea: '¿Y ahora qué?'».

Aquella mujer controladora y metódica observa cómo «algunas puertas se le cierran y se ve a sí misma enfrentándose a cosas que escapan a su control. La vida la vive a ella y ella intenta manejar tantas riendas a la vez que el caballo se le termina por desbocar», describió ayer Hoss, que considera a su personaje como «una luchadora nata, que no hace planteamientos de vida dramáticos. Solo lucha. Aunque también tiene su lado dulce y delicado». A fin de cuentas, destacó, «cuando aprendes a tocar un instrumento debes asumir riesgos y tener ganas de fracasar, porque eso ocurre con el arte, que tienes que trabajar más allá de los límites del miedo».